BALTICO Y RUSIA 2016. Cap. 4 - San Petersburgo (Rusia)

Saint Petersburg

Nos levantamos prontito y vamos a la Central Station. A las 11h, sale nuestro tren de Helsinki a San Petersburgo. Sale puntual y en unas 4 horas llegaremos a Rusia. Justo al llegar a Lapperanta nos dicen que por obras en la vía, el tren no puede continuar y tendremos que hacer unos 30 km de trayecto en autocar. Una vez salvado este contratiempo, volvemos a subirnos al nuevo tren en el último pueblo de Finlandia, justo antes de pasar la frontera. Dejamos atrás un país increíble, extremadamente limpio y cosmopolita que a todos nos ha sorprendido gratamente.

Nada más entrar en territorio ruso, ascienden al tren un gran número de policías de inmigración para hacer el control fronterizo. Miran pasaportes, visados y equipajes. Estábamos jugando a cartas los cuatro, en la mesa que teníamos y aparecen los agentes, con cara de pocos amigos que se dirigen a nosotros. Son unos siete, que se colocan en su totalidad alrededor nuestro con cierto aire de intimidación. Uno de ellos que va con perros, me pide que le abra la maleta, y justo coincide la que tenemos la hormona de crecimiento de Leire. Yo temblando, y sabiendo que aunque tenemos la receta del hospital en español, si la encuentran íbamos a tener problemas por el tráfico que existe de este producto. No hablan nada de inglés, y se dirigen a nosotros sólo en ruso, cosa que intimida más todavía. Por suerte, en la maleta solo miran una zona que habían galletas, y todo queda en un susto. Seguimos rodeados de policía y nos piden la documentación (pasaportes y visados). Nos sentimos tratados como si fuéramos delincuentes en ese momento, la sensación que tenemos es que somos culpables hasta que no demostremos lo contrario. Comprueban toda la documentación al detalle durante un buen rato hasta que nos dan el ok. Se marchan y yo respiro con cierta tranquilidad, hemos pasado un momento de bastantes nervios. Los niños ajenos a todo, seguían jugando y haciendo bromas. Una parte importante de este tipo de experiencias con los niños, es que cuando les toque a ellos pasar por estas situaciones se la tomaran con total normalidad. Para que os deis cuenta de la magnitud de la situación, decir que a varios pasajeros les sobrepasó y les dio incluso ataques de ansiedad.

Llegamos con cierto retraso a San Petersburgo y caminando vamos al hotel. Nos ofrecen transporte pero la verdad que los “taxistas” no tienen muy buena pinta. La primera sensación al ver la ciudad, es que es un poco vieja y sucia. Construcciones muy grises y robustas, muy comunistas. Llegamos al hotel, y dejamos las maletas. Después de picar algo en la habitación nos vamos a visitar la ciudad.

Primero nos encontramos los jardines de verano, son espectaculares y muy frondosos. Los cruzamos enteros, están llenos de rusos paseando debido al buen día que hace. Salimos del parque y cruzamos los primeros puentes sobre los canales. Y es que San Petersburgo está repleto de ellos. Hay barquitos de todos los tipos navegando y le dan cierto aspecto romántico a la ciudad.

Cruzamos un calle y vemos el símbolo por excelencia de la ciudad, la Catedral del Cristo Salvador de la Sangre derramada. Es increíble tener delante lo que tantas veces has visto en los libros o por televisión. Es una catedral Ortodoxa, como casi todas las rusas, ya que es la religión oficial del país. Esta iglesia inició su construcción bajo el reinado de Alejandro III y finalizó durante el reinado de Nicolás II. La catedral se construyó exactamente en el mismo lugar donde asesinaron al zar Alejandro II de Rusia en 1881.

Ligeros Viajeros en la Catedral de San Petersburgo

Espectacular imagen de la Catedral

                                     

Después de hacer decenas de fotografías, vamos a un canal que me habían recomendado en el cual hacen cruceritos con audio guía en español. Por suerte nos cogen para hacer el trayecto en barco recorriendo toda la ciudad desde el agua. Es todo precioso, hay desde canales muy pequeñitos hasta el más grande, que es el río Neva. Este río abastece de agua a toda la ciudad y alimenta los canales que cruzan por ellas.

Al terminar vamos a la plaza donde se encuentra el famoso Hermitage. En la actualidad es un museo pero fue siempre el Palacio Real de Invierno de la dinastía de los antiguos zares. Es realmente espectacular. Esta construcción esta en la orilla izquierda del rió Neva y se ve preciosa tanto desde el agua como desde la Plaza del Palacio.

Ligeros Viajeros en el Hermitage

Panorámica del Palacio de Invierno


Por la zona comemos un "hot dog" y nos vamos a descansar al hotel. Como anécdota, decir que antes de llegar al metro nos cayó una trompa de agua impresionante y nos pusimos chorreando. Llegamos al hotel con toda la ropa empapada, pero felices de haber cumplido uno de nuestros sueños: visitar San Petersburgo.

Nos levantamos con ganas de volver a la ciudad, el aperitivo de ayer estuvo genial pero queríamos más. Desayunamos pronto y nos dirigimos a la Fortaleza de San Pedro y San Pablo. La habíamos visto desde el barco y ya se veía preciosa. Cogemos metro de nuevo, ya que es lo más cómodo para moverte por la ciudad. Recomiendo este tipo de transporte ya que llegas a casi todos los lugares de interés y es muy barato.

Llegamos a la fortaleza y entramos. La verdad es que no muy caro, unos 1550 rublos los 4. El lugar es impresionante, llena de museos y con una catedral como centro de más atención.

En la Catedral están enterradas las últimas generaciones de los zares rusos, entre ellos Nicolas II, el último zar de Rusia y su familia. Los restos de la menor de los Romanov, Anastasia, los encontraron en 2007 en Siberia, donde había sido desterrada la familia. Hay quien no cree que estos restos sean de ella y que inventaron esta historia para dar por finalizada la dinastía Romanov y no haya posibles sucesores.

 Catedral de San Pedro y San Pablo

Selfie en la fortaleza

La fortaleza esta llena de museos, uno de ellos, el espacial, es espectacular. Hay cohetes, satélites, trajes espaciales... Todo con el símbolo de la la ex-potencia mundial CCCP. También visitamos la cárcel de la fortaleza y realmente espeluznante.

Seguimos paseando por la fortaleza hasta medio día y nos vamos a comer a un restaurante llamado "Koryushka" que nos han recomendado. El restaurante es de comida rusa y nos han dicho que se come excelente. Llegamos y el lugar es muy bonito, está en la orilla del río Neva, con un jardín de diseño y las mesas entre medio. Probamos los Kachipuris de varios tipos a un buen precio, estaban todos espectaculares. Por poner alguna pega, decir que pedimos agua para comer y nos cobraron 8€ por la botella de 750ml,¡ era más barato pedir vodka!, je je.

Vistas del río Neva desde el restaurante

Verdaderos manjares de comida rusa



Después de comer cruzamos el río Neva hasta el Almirantazgo, y seguimos paseando hacia el Hermitage. Seguimos callejeando por el centro, y aprovechamos para hacer unas compras. Se hace tarde y decidimos irnos al hotel a cenar algo y descansar.

Nos levantamos y vamos de nuevo a la Catedral del Cristo Salvador de la Sangre derramada. Queremos entrar y también ir a una zona de detrás que hay mercadillo de recuerdos a buen precio. Por dentro la catedral es preciosa también. Muy recargada como todas la ortodoxas y llenas de frescos por todas sus paredes y techos.

Salimos y compramos algún recuerdo en la zona de mercadillo. Recomiendo comprar aquí los recuerdos, ya que el precio es muy bueno. La vida en Rusia no es cara en general, sobretodo si compras productos nacionales. Hay mucha diferencia de precio entre estos productos y las importaciones.

Paramos a comer en un McDonalds y nos dirigimos a la Iglesia de San Isaac. Llegamos y vemos que por fuera no es tan bonita como la anterior, aunque si muy grande. El interior es precioso, recargado, pero precioso.

 Catedral de San Isaac



Esta lloviendo y hacemos tiempo en el interior para no mojarnos. También aprovechamos para descansar, llevamos más de medio viaje y las fuerzas flaquean a veces. Vemos que deja de llover un poco y nos vamos al hotel. Paramos a comprar pan en el camino, que junto al Ibérico que tenemos, será nuestra cena de hoy.

Hoy es miércoles, nos levantamos y dejamos las maletas en consigna. Es un día importante, hoy cogemos el mítico Flecha Roja dirección a Moscú. Es un tren de casi 100 años de antigüedad que hace trasladarte a la época de los zares.

Hoy lo dedicamos a pasear por el centro, la verdad que es muy recomendable, recorrer las calles sin destino fijo. También vamos a la Iglesia de San Nicolás, no hay casi gente ya que no es nada turística y hay muchos fieles rezando.

Iglesia de San Nicolás

Vamos a comer a otro restaurante típico ruso, este lo hemos visto en la guía de la ciudad. El lugar se ve con cierta clase pero el precio final no es para nada desorbitado. Por fin vamos a probar el  pollo al Strogonov, muy rico por cierto. Para los peques, pedimos lo que nos pensamos era carne de ternera; Por desgracia para ellos, no era bistec de ternera, era hígado, y los pobres se lo comieron sin rechistar.

Salimos y seguimos paseando por esta increíble ciudad. Llegamos hasta un parque donde los niños se deleitan paseando en "segway". Es media tarde y a las 23h sale el Flecha Roja hacia Moscú. Nos dirigimos hacia el hotel para recoger la maletas, una vez allí, tomamos un café y nos vamos hasta la estación de Moskovskaya para coger nuestro tren.



Nos espera el Flecha Roja y Moscú!!!!


Os dejo enlace al vídeo de San Petersburgo, en nuestro canal de Youtube de Ligeros Viajeros




Espero que hayáis disfrutado con el blog y os guste el vídeo.

Comentarios

  1. Hola, qué tal

    ¡Qué buen viaje os habéis dado a pesar de los sustos! San Petersburgo es una maravilla de ciudad, y si conoces su Historia y sobre todo lo que ocurrió allí en la Revolución Rusa, es como si se viera con otros ojos.

    Me alegro que solo quedara en un susto. Es lo que tiene el viajar a países no occidentales, que a veces te llevas cada susto... A mí, en cierta ocasión me quitaron el pasaporte en el control del aeropuerto, el policía, sin venir a cuento, y ni corto ni perezoso me pidió dinero porque si no no me lo devolvía. El tio me retuvo hasta poco antes de salir el avión, y encima, al final tuve que darle dinero... Pero bueno, al final lo que quedan son los recuerdos, y estas cosas, como meras anécdotas para contar.

    Un saludo, y a seguir viajando. :)

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    1. Si, lo bueno es que al final quede en anécdotas. La verdad que Rusia nos ha impresionado, es increíble. A seguir viajando y a conocer la historia in situ, que por la tele nos cuenta todo a su interes.

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  2. Que maravilla Ligeros!!! Por un momento me imaginé recorriendo los lugares, respirando el ambiente....Genial chicos!!! segid siendo los ojos de los que leemos vuestro blog
    Besitosss

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    1. Muchas Gracias Joaqui!!!! La verdad que los comentarios como el tuyo son los que animan a seguir con este blog por mucha faena que de. Me alegro de que disfrutes!!! Gracias de nuevo!!!!

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