COSTA AMALFITANA, HERCOLANO Y NAPOLES

Costa Amalfitana
Amanece un día espectacular y decidimos ir a la Costa Amalfitana, una zona increíble y muy poco conocida de Italia. Son pueblos incrustados literalmente en la roca con preciosos acantilados y playas idílicas.
Salimos de Piano dirección a Positano, el primer pueblo que nos encontramos. La carretera con innumerables curvas nos va dejando unas vistas increíbles, los acantilados vertiginosos nos dejan estampas que nunca olvidaremos. Paramos en cada mirador que nos encontramos para disfrutar del paisaje.
La verdad que la carretera, aunque muchas curvas, un poco estrecha y con unos acantilados de unos 50 o 100 metros sobre el mar, no está mal del todo. En muchos foros la nombraban como la más peligrosa de Italia, pero la realidad no era para tanto.

La famila en uno de los miradores

Costa Amalfitana



Llegamos a Positano. Un precioso pueblo construido en un acantilado, con casas construidas sobre otras, casi sin espacio entre ellas, con estrechas callejuelas y muchas, muchísimas escaleras que te iban llevando de un nivel a otro de construcción.
Bajamos hasta la playa y las vistas hacia arriba son impresionantes. Nos damos la vuelta y mirando el mar, no es menos espectacular, el azul intenso hace que no puedas dejar de mirar. Os puedo asegurar que es uno de los pueblos más bonitos que he visto en mi vida.
Justo delante nuestro salen barcos hacia Amalfi y decidimos recorrer el resto de la costa y sus pueblecitos incrustados en la roca por mar.  
A las 12h sale el barco y vemos Positano desde el mar, es precioso. El azul del mar con el pueblecito detrás es una imagen que no olvidaré jamás.

Barco saliendo de Positano

Positano desde el barco



Durante el trayecto nos vamos encontrando decenas de islas muy bonitas, pueblos como Praiano que son preciosos, en la misma tónica que Positano, incrustados en acantilados de hasta 200 metros de altura.
Llegamos a Amalfi y vamos a visitar el Duomo, que es una catedral renacentista muy bonita, en la linea de lo que estábamos viendo.
Paseamos por sus callejuelas, que aunque también habían muchas pendientes, no eran tan pronunciadas como Positano. 
Se acerca la hora de comer y compramos unas pizzas para llevar y nos la comemos en la playa con inmejorables vistas.

Los peques con el Duomo de Amalfi detrás

Comiendo pizzas en la playa de Amalfi



A las 15h cogemos barco hacia Positano. El viaje se hace más incomodo que a la ida ya que se ha levantado mucho viento y oleaje. Llegamos a nuestro destino y vamos a pasear por las calles de Positano. Las tiendas que nos encontramos son todas de cierto nivel, y es que este pueblo es uno de los elegidos por la jet set italiana para veranear. Tomamos un "gelatto" en una terracita con vistas a la playa y sobre las 18h nos volvemos a Piano.




ERCOLANO Y NAPOLI

Nos levantamos pronto y desayunando decidimos ir a Ercolano, otro pueblo del Imperio Romano arrasado por el Vesubio, en la misma erupción en la que destruyó Pompeia. Las ruinas de Ercolano están mucho mejor conservadas aunque no tan conocidas como las de Pompeia.
Decidimos coger el tren en vez de ir en coche. En esta zona de Italia en la que el tráfico es tan caótico, recomiendo usar transporte público, que aunque algo antiguo, es barato y puntual. La verdad es que el tren es el medio de transporte preferido por la familia, tanto cercanías como larga distancia, nos relaja el ver el paisaje pasar al lado nuestro con ese movimiento lateral tan característico de los trenes. También tienes la oportunidad de hablar con otros pasajeros, tanto locales como viajeros, como nosotros, y aprender de todos ellos.
En este viaje, excepto en Roma, que solo teníamos un día, hemos puesto en marcha una nueva filosofía viajera, el "Slow Travel". Se trata de viajar tranquilos, relajados, sin prisas y disfrutando de cada momento, aunque ello suponga perderte algo importante. Lo que veas lo has de disfrutar al máximo. También, aunque sabíamos más o menos las zonas que queríamos visitar, era por la mañana cuando decidíamos donde ir en función de lo que más nos apetecía. Precisamente Ercolano lo dejamos un poco para el final, y si no daba tiempo, pues no visitarlo. Aunque ahora puedo decir que menos mal que no lo hicimos, ya que es una de las ruinas romanas más increíbles que he visto en mi vida.
El trayecto dura unos 45 minutos y  Leire y yo aprovechamos para escribir nuestro diario de viaje. Judit con su ebook y Aleix va jugando con el IPad. Llegamos y tenemos que cruzar el actual pueblo para llegar a las ruinas del antiguo Ercolano. Desde la entrada ya podemos ver el increíble estado de conservación.
Entramos y nos quedamos maravillados. Hay casas enteras, algunas de ellas con los tejados, puertas y ventanas de madera, sus paredes llenas de frescos increíbles, preciosos mosaicos en los suelos.
Paseamos por sus calles y te haces exactamente la idea de como vivían hace 2000 años. Es emocionante ver un pueblo tan perfectamente conservado y pensar que se construyó en el s. I a.c.
Sobre medio día hemos terminado y decidimos por cercanía ir a pasar la tarde a Nápoles.

Aleix y Leire por las calles de Ercolano

Casa con puerta y ventanas de madera originales

Calle de Ercolano

Vista general de las ruinas



Llegamos en seguida con el tren y vamos a Via Tribunali, la calle que días atrás recorrimos con lluvia y queríamos disfrutarla con un día soleado.
El ambiente de hoy es más espectacular, todo lleno de gente. Aunque hay mucho turismo, casi todos son napolitanos. Los scooters tocando el claxon se abren paso entre la multitud a velocidad de vértigo, los ocupantes sin casco y en algunos casos con tres personas encima. En las calles de una dirección ves coches y motos en ambas. Nápoles es la jungla de asfalto, pero es increíble pasear por ella. Por decirlo de alguna manera, su desorden es su encanto.

Comiendo pizza Napolitana



Después de comer una pizza nos vamos a una zona que no habíamos visitado, unas callecitas muy curiosas en las que se venden figuras de pesebres durante todo el año. Venden las figuras típicas y también de personajes famosos como el Papa Francisco, jugadores del Nápoles, Napoleón, etc.

Diversas figuras de personajes para pesebres

Típicas figuras para pesebres



En Nápoles son muy católicos y te encuentras en medio de la calle, figuras de vírgenes llenas de flores.
Llegamos a un bar, y nos encontramos un altar en el que en vez de una Virgen, hay una foto de Maradona, todo lleno de banderas del Nápoles y con sus flores como si de una figura religiosa se tratara. A Diego lo tienen idolatrado, para ellos es lo más grande que ha pasado por Nápoles.

Pedestal en honor a Maradona



Más adelante vemos una procesión religiosa de una virgen increíblemente grande. A ritmo de tarantela napolitana, los costaleros la zarandean a una velocidad de vértigo, que parece más una actuación musical que una procesión de Semana Santa. Los comercios que le ofrecen un donativo a esta hermandad tienen el privilegio de ser bendecidos por virgen, ¡y de que manera! Meten a la gigantesca imagen dentro del comercio en cuestión, a veces por puertas tan pequeñas que parece que se va a ir al suelo. No podíamos parar de reír ante tal situación tan cómica.

La extraña procesión de Semana Santa



Tomamos un "Gelatto" en una famosa heladería y vamos a coger el tren para volver a Piano. Ya en la estación, nos subimos en el último al tren, sin darnos cuenta de que este vagón no estaba enganchado al resto del tren. Permanecemos sentados tranquilamente hasta que el revisor nos avisa que ese vagón no funciona. Salimos deprisa y cambiamos a un vagón que si está enganchado al resto del tren, casi a punto de perderlo.
Y es que en Nápoles te puedes encontrar con las situaciones más surrealistas que te pudieras imaginar. Cosas que no te pasarían en ningún otro lugar, en Nápoles si que pasa, y es que están locos estos napolitanos...






Comentarios

Publicar un comentario